Esa vocecita

Tengo una voz en mi cabeza que es muy charlatana y es mía, solo mía. No sé por qué estoy tan segura, solo sé que es mía y de nadie más.

A veces creo que soy yo hablando para adentro.

Si existiera un aparato que lograra escucharla y grabarla sería muy interesante. Por ahora estoy entrenando mi mano para ‘darle cuerpo’ a esa que no se calla nunca.

Ojo que es tranqui, no me dice que haga cosas raras ni locas, habla todo lo que no puedo hablar yo. Es muy secamente a veces, rara vez nos peleamos.

Le gusta hacerme hablar cuando camino o voy en la bici, me hace parecer una loca seguro.

Encima es una desgraciada, se calla cuando más la necesito, pero ya la voy a ‘domar’.

Respuesta satisfactoria

¡Qué lindo es encontrar una respuesta que te satisfaga a ciertas preguntas que llegan al punto de atormentarte!

Ya sé qué decir cuando me pregunten por qué estoy sola y diré: …

“Porque tengo un carácter de mierda”

Es simple, fácil de decir, de entender y no deja lugar a otros cuestionamientos, que es muy probable que los haya, porque siempre hay alguien que va a cuestionar. Por lo menos así lo veo yo.

Ya encontré la respuesta que me satisface a mí, y eso es lo que importa, ya que nunca vas a dar en el clavo con todos.

Pícaro pícaro.

Me dice que lo pongo cachondo… Lo único que hacemos es hablar y no hicimos nunca otra cosa.
Yo no puedo más que reírme, de los nervios. Porque confesarle que me gusta, además que me divierte, no puedo. Me siento completamente desnuda y vulnerable frente a eso y.

Y esto es lo que salió de una situación con un pícaro. Así como quedo el texto, inconcluso, quedaron las cosas.

Triste lo tuyo chabón.